Introducción: El concepto república goza de una importante centralidad en el hacer y decir de
la dirigencia política argentina. De hecho, existe cierto consenso teórico en pensar que,
en nuestra contemporaneidad, república y democracia operan como horizontes a los que
apuntar para avanzar hacia gobiernos más legítimos (Morán, 2019). Algunos hechos de
finales de siglo pasado signaron el comienzo de un período en el que el concepto
adquirió una relevancia más significativa. Se trata del traspaso de gobierno en 1989, el
aplacamiento del que sería el último levantamiento militar contra el poder constitucional
en 1990 y la firma del pacto de Olivos en 1994. Estos hechos son señalados como
indicios de la consolidación democrática (Entin, 2020; Muraca, 2016; O´Donnell, 1996)
y construyen el contexto en el que democracia y república aparecen como “dos nociones
complementarias” (Morán, 2019, p. 62), pudiéndose indagar por ejemplo cómo el
republicanismo se plasma en la propuesta alfonsinista1
. Más recientemente, este interés
se ha traducido en pronunciamientos en los que intelectuales2
, polítiques3 y medios de
comunicación de nuestro país catalogan a dirigentes y partidos como más o menos
republicanos4
, abonando también la connotación positiva del término5
. Sobre todo, a
partir del conflicto con el campo (2008), la relevancia -que venía creciendo- se tradujo
en disputas más frecuentes en torno al concepto. Desde ese momento las discusiones
sobre la república toman cuerpo para pensar al kirchnerismo y se denuncia desde
distintos sectores (en ese momento opositores) que se estaba asistiendo a un proceso que
lesionaba a la república (Busso, 2014). También en estas circunstancias se configuran
Carta Abierta y el Club Político Argentino, dos espacios que nuclean a intelectuales que
contribuyen a las discusiones en espacios públicos y medios de comunicación de masas (...)
Fil: Fernández Bugna, María Candela. Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Ciencia Política; Argentina.