Luis Cernuda, poeta de la llamada “generación del 27”, recupera
en su obra el nombre de Luis de Góngora y Argote, no tanto
para atenerse a su estilo y técnica, sino más bien para encontrar
una figura con la cual identificarse en dos sentidos: como poeta
excelso pero marginado por la sociedad y el medio literario; y a
la vez, como “caso-testigo” para sostener su auto-defensa contra
los ataques y desprecios que recibe de su propio campo literario.
Cernuda suma a Góngora a la lista de los artistas rechazados
por su época (como también se suma a sí mismo) y vislumbra en el poeta cordobés un posible futuro deseado para sí: el de ser
reconocido como un gran poeta, incluso tres siglos después de su
muerte.
Fil: Lucifora, María Clara. Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Letras; Argentina.