La obra de Miguel Hernández, vapuleada y amada en igual medida tanto en su época como con posterioridad a su muerte, circuló en la posguerra apenas o nada: publicada fragmentariamente y por editoriales foráneas, por ejemplo Losada, de origen argentino, y sesgada por la censura, como la propia vida del autor, la misma no contaba con dimensiones precisas, ni mucho menos constituía una producción ordenada y fijada por la crítica especializada. No obstante, el tardío franquismo no pudo impedir el regreso lento pero sostenido del interés por el poeta y su apremiante reivindicación. El espesor intimista y combativo de sus poemas encontraron un paradigma transparente, por citar el caso más representativo, en el álbum que Joan Manuel Serrat dedica al oriolano en 1972.
Fil: Riva, Sabrina. Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Letras; Argentina.