Hubo quien apuntó que Sigmund Freud infligió al hombre una de sus heridas narcisistas mayores. La primera la perpetró Copérnico, quien nos enteró de que no habitamos el centro del universo. La siguiente herida la hizo Darwin, quien advirtió que el hombre, según un criterio evolutivo, pertenece al reino animal. "La última fue una humillación psicológica: el hombre no es el amo de su psiquismo. Dicho en otros términos: no es totalmente consciente de lo que es" (Markis 2001). Y si no es totalmente consciente de lo que es, tampoco puede serlo totalmente de lo que dice y, menos aún, de cómo dice lo que es. De acuerdo con Sigmund Freud, siempre sostuve que el lenguaje era mucho más que un dispositivo aparentemente dócil y preciso. Es por eso que he decidido (intentar) licenciarme en Letras defendiendo, de alguna forma, esa tesis. Este trabajo de tesis propone, entonces, las siguientes hipótesis: Los procesos psicológicos primarios pueden caracterizarse en , términos de la lingüística neurocognitiva. La expresión verbal cuenta como evidencia de estos procesos. Las hipótesis freudianas sobre tales procesos son susceptibles de contrastación empírica.