Introducción: Bajo la forma de los dos rostros de Jano, el joven y el anciano, Latour señaló, hacia la década del setenta, las dos caras de la ciencia. Por un lado, la “ciencia en proceso de elaboración”, y por otro lado, la “ciencia acabada o elaborada” (Latour, 1992). Mientras que la primera muestra su carácter vital y efectivamente construido, la segunda aparece como sacralizada y naturalmente verdadera. La propuesta consiste en “abrir la caja negra de los hechos científicos” y observar cómo se construyen a través del trabajo de negociación de las y los actores involucrados. El objetivo imposible de abrir la “caja negra” se hace posible al desplazarse y encontrarse con un tema controvertido por el que las y los científicos trabajan afanosamente. La primera decisión a tomar es la entrada en la ciencia por la puerta trasera de la “ciencia en proceso de elaboración”, es decir, ingresando en los lugares donde el conocimiento efectivamente se produce, y no por la más imponente entrada de la “ciencia elaborada”. (...)