Descripción:
Introducción: La situación de las mujeres en el Siglo de Oro español se vio
restringida a ciertos modelos de comportamiento social
basados en la autoridad masculina. Estos modelos estuvieron
justificados por la doctrina religiosa y avalados por las
instituciones, permitiendo a la mujer espacios acotados dentro
de la vida pública del reino. Así, las damas de familias
acaudaladas podían recibir educación dentro de la esfera del
hogar con el objetivo de concretar un ventajoso matrimonio; en
contados casos aspiraban a ciertos espacios dentro de la Corte o
el ingreso al convento en una situación más o menos
acomodada. Sobre la figura femenina recayó el peso del pecado,
en esta sociedad fuertemente custodiada por la Iglesia Católica.
Los textos doctrinales de la época ejercieron una función
modeladora del rol de la mujer, que se vio limitado al
matrimonio y a su desempeño dentro de la esfera privada; la
otra posible opción era la vocación religiosa con un férreo
control de un cura confesor (Tenorio Gómez, 2002). En
definitiva, las mujeres fueron depositarias de diversos
mecanismos de opresión y silenciamiento; no obstante, en las
recreaciones literarias es posible observar, al menos como
destellos reveladores, que el potencial de las figuras femeninas
distaba mucho del lugar que socialmente se les habilitaba. (...)