Resumen: Mar del Plata fue creciendo a la sombra de una dicotomía histórica entre la ciudad-puerto y la
ciudad-playas, hasta que a principios del siglo XX esta tensión urbana comenzó a dirimirse por la
preeminencia de políticas públicas orientadas hacia la industria del ocio y la recreación,
privilegiando el turismo de mar y playas.
La franja costera, con alto valor patrimonial y ambiental, fue cercada y segmentada en Unidades
Turísticas Fiscales1
, parcelando y loteando la arena, definiendo sectores para uso público y
restringiendo el acceso libre y gratuito a otros sectores donde se fueron conformando balnearios de
uso privado, tipo clubes de playa, que reciben la atención del estado e inversiones públicas.
Las dificultades económicas que suelen expresar cotidianamente las administraciones
municipales sirvieron de justificativo para que la planificación urbana, a través de Concesiones
Públicas2
, fuera otorgando permisos de ocupación y uso privativo de las UTF para la explotación
comercial, a cambio de mejoras edilicias e infraestructura turística, con el pago de ínfimos cánones,
cuyos resultados han resultado ser sólo simbólicos. (...)
Fil: Layús, Eduardo Joaquín. Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Sociología; Argentina.