Descripción:
Los movimientos eclesiales constituyen actores fundamentales en el proceso de
reacomodamiento de las instituciones religiosas en las sociedades
contemporáneas. Desde el Concilio Vaticano II y ante la crisis o el declive de otras
formas de participación y construcción identitaria de los laicos, particularmente el
modelo de la Acción Católica o la organización parroquial, los movimientos se
destacan por su dinamismo y por su capacidad para generar nuevos vínculos con
los creyentes.