Descripción:
Al leer la obra poética de una de las voces más fecundas de la poesía social
española, Ángel González (1925-2008), sobresale la presencia recurrente de nombres
propios dentro de los poemas, especialmente, el nombre de autor. Tal incorporación se
torna sugerente porque nos sitúa, como lectores, en un espacio interesante: en el vaivén
entre “el personaje de papel” que se superpone, nominalmente, con el autor que firma la
portada. Esta coincidencia onomástica – presente también en otros poetas del período,
como José Hierro, Blas de Otero, Jaime Gil de Biedma… - parece una entrada novedosa para la poesía gonzaliana, eludiendo el acercamiento historicista desde el cual es frecuentemente asediada, y proponiendo en cambio la exploración de este singular procedimiento en la configuración del sujeto poético que se instala (nos instala) en el cruce de la Historia – el testimonio, la referencia – y la ficción.....